PRESENTACIÓN
Bladimir Viteri:
anécdota y mollera
Germánico Solís
Todo inicio supone olvidar los traspiés y empezar el camino hacia la
arisca felicidad. Decidí quedarme parado en esta bifurcación del
tiempo, permitién-dome la vida encontrarme con el pintor y escultor ibarre-
ño
Bladimir Viteri Arce. Este atino de la existencia apro-bó el buen saludo,
apretar las manos hasta no aguantar, sentir el abrazo fuerte de la amistad y
hacer imposterga-ble el instante para hablar de arte.
La buena charla, significa limpiar de parte y parte el arse-nal oxidado
que guardamos en temas de filosofía, historia, música, antropología,
sociología, pintura, escultura y gra-bado. De tal suerte que me dispuse a
discernir el discurso de un afro descendiente ilustrado, de temple firme, con
sentencias incólumes; convicciones ancestrales y contem-poráneas detalladas
desde su parada, su cuello erguido, sus manos grandes y un alma invencible que
fortifica el si-tio que el arte le destinó. Pareciera a ratos encasillarse en
la extravagancia, pero entendí estaba frente a un mortal que atestigua su
pensamiento de creador íntegro.
Recordamos conversaciones antiguas en las que Viteri fue actor del barrio Alpachaca, las caminatas con sus padres Ana y Neptalí bajando a los Huertos Familiares a aperarse alimentos, sus escapadas con los niños vecinos para apropiarse de la hacienda Conraquí, hacer su-yo el cañaveral y saciarse con las cañas y la humana di-cha de vencer la loma de Azaya, notar el bosque en ple-nitud, para regreso a casa empalagar la barriga con el dulce de zambo o fréjol.
Revivió
el artista la anécdota de su mala fama como es-tudiante del colegio Ciudad de
Ibarra y la premonición del Rector que indujo a su madre matricularle en el
co-legio de artes Daniel Reyes por la destreza en el dibujo y la pintura. El
esmero por el arte y la pasión por descu-brir sabiduría en los libros del
colegio, valieron para el reconocimiento como el mejor egresado en 1999.
La solvencia en el arte le ubicó a Viteri en la Universidad Central del
Ecuador. Fue una forma de vida que solucionó las angustias, ayudó a sus
compañeros a cumplir las ta-reas, mientras ellos socorrían los gastos que
entristecían su soledad. La Universidad le dio una enseñanza escolásti-ca que
no superó lo aprendido en el Daniel Reyes. La Aca-demia le aperturó relaciones,
como aquella que premió a Viteri con un menguado valor, pero que le valió para
ser un conferencista de arte que recorrió el país cinco años.
Me quede super impactada del gran talento de nuestro pintor Ibarreño Bladimir Viteri, viene de una familia humilde pero con ganas de comerce al mundo y lo felicito por que esta logrando y hoy se encuentra estudiando para sacar una licenciatura en la cual yo personalmente me siento super orgullosa de tener contacto de compañerismo con el pinto Bladimir Viteri.
ResponderEliminarMe parece muy maravilloso su arte
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